domingo, 27 de enero de 2008

Apuntando hacia uno mismo

¿Ha hecho alguna vez un curso de Tiro con Arco? La primera vez que se coge un arco lo normal es que se cometa el error de intentar usar la flecha a modo de mira telescópica para acertar en el blanco, entonces el profesor nos dirá:

- No apuntéis con la flecha. Se trata de mirar a la diana y apuntar hacia ella mentalmente.

Al hacer esto el ángulo del arco se busca de una forma no tan apoyada exclusivamente en el sentido de la vista, como en un cálculo mental de la distancia y la situación. Estamos usando una capacidad cerebral diferente no controlada por los sentidos de forma directa. El Kyudo es por esto un buen sistema de entrenamiento mental ya que aúna el uso de capacidades intuitivas del cerebro con la autoconsciencia separándonos de nuestro habitual proceder, mecánico y excesivamente volcado hacia nuestro exterior.

Por eso el Kyudo va mucho más allá del mero entrenamiento deportivo. El tiro con arco del kyudo es un proceso en el que somos consciencia apuntada a un objetivo y nada más; es la manera Zen de eliminar las ataduras de aquello que nos limita: miedos, hábitos, condicionamientos de todo tipo... dejándolos totalmente fuera de la actividad que realizamos, y de esta forma se busca que aflore lo más auténtico de nosotros; por eso filósofo alemán Herrigel decía que el arquero zen apunta a una diana pero en el centro está el mismo.


“La diana es un espejo que devuelve al arquero su propio reflejo”.


Éste es un dicho anónimo de la tradición Zen y kyudo. Apuntar a nosotros mismos nos permite definir objetivos que de verdad nos implican e interesan. Un directivo que busque los mejores resultados debería desestimar aquellos objetivos que no le hagan vibrar emocionalmente; y la misma filosofía deberíamos aplicar a toda nuestra vida.

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